El abuelo regresa y conquista

Tras el pasado descenso, una inconmensurable tristeza tiñó las aguas del Guadalquivir. El Coria se tuvo que despedir de su histórica categoría y la afición ribereña se lamentaba. Sin embargo, estos mismos fueron los que, con su característica exigencia y carácter, levantaron cabeza y pidieron a gritos, cada domingo en División de Honor Sénior, la lucha por la vuelta donde nos correspondía.

Suena tópico pero es una verdad más que certera, seamos más o menos en la cita de los fines de semana, es de admitir que no nos caracterizamos por una afición discreta y sosegada. Aquí vivimos el fútbol y sentimos al Coria con el escudo en mano y en pecho. Heredamos el balompié añejo del que aprendemos desde que tenemos uso de razón, porque, cómo suelo escuchar entre la grada, “si tú naces en Coria, eres del Coria desde que naces hasta que mueres”, aunque me atrevería a decir que ni siquiera es necesario ser local, para que este Club te encandile. Por consiguiente, no pasemos por alto y démosle aún más énfasis a este ascenso y campeonato, recordando la razón por la que sentimos, sufrimos, seguimos y celebramos al Coria. Recordemos a aquella persona que nos presentó por primera vez al equipo de nuestro pueblo, nos ilustró el color amarillo que abandera y nos contó la historia con tanto peso que lleva consigo. Pero sobre todo, aquella que nos enseñó a defender, valorar y querer este escudo por encima de cualquier adversidad.

Es mucho lo que el fútbol le aporta a la sociedad, pero aún mayor es la aportación del Coria y los Clubes modestos como contrarresto de lo que intentan convertir al deporte rey. Poder vivir la verdadera esencia, transparencia y cercanía en el terreno de juego como en el propio graderío es, posiblemente, uno de los mayores lujos del verdadero seguidor pasional del fútbol, además de ser un muro inquebrantable para el fútbol negocio y cátedra del de antes, del rudo, para los más jóvenes que no lo pudieron degustar.

Hemos vivido una vibrante temporada donde la fuerza defensiva del equipo ha alcanzado ser el menos goleado de la categoría y el que nos ha obsequiado, a su vez, con algunas goleadas y contras con goles inimaginables. Este, es el mismo plantel que ha mantenido al equipo coriano en los puestos superiores luchando por el liderato de forma continua y el que por lo tanto, ha demostrado dónde debía estar de vuelta. Así pues, sirva esta citación para que estos nombres, los hombres de Puma, queden en la memoria de los que seguimos la vuelta a 3ª RFEF en la 21/22: Isco, Cabana, Juanjo, Ángel, Salva, Gonzalo, Jaime, Curro, Arias, Melo, Rafa Toro, Camacho, Jesús, Enrique, Dani Romero, Cheikh, Dani Casado, canteranos como Damián y Ufano, Melchor, Juan Gómez, Ezequiel, cuerpo técnico, directiva y el pueblo coriano… todos ellos han sido clave para la consecución de estos logros.

Por revivir la noche del 10 de junio, donde pudimos celebrar puramente el ansioso objetivo con los nuestros y… ¿por qué no? sopesarlo como impulso para comenzar a soñar con otro nuevo ascenso. Por recoger, mostrar y presumir los valores inculcados. Por visitar el Guadalquivir cada jornada de liga, por cantar, gritar, aplaudir, exigir y rememorar a los que no están, así como considerar a los que nos acompañan aún al estadio. Por los desplazados, por los defensores a ultranza de estos colores y por los que aman al Coria Club de Fútbol por encima de todo.

 

Corianos, con ustedes, otra temporada histórica. Ascenso y liga con el centenario observándonos desde la otra orilla del río. Recuerden que, el abuelo siempre encuentra el camino de vuelta.

 

                                                                                                                                    Carmen Castejón Ruiz